jueves, 29 de agosto de 2013

Es tarde para arrepentirse.

Creo que uno de los grandes problemas que tenemos todos es intentar reemplazar a alguien que nos falta, de una manera u otra siempre tratamos de cubrir esos vacíos con otra persona.
Pero ¿Cómo es posible reemplazar a alguien irreemplazable?
No hay nadie igual, todos somos diferentes. No hay forma de que un hermano, un amigo, un novio reemplace a un padre ausente o que una tía, hermana, amiga sustituya a una madre despreocupada, por ejemplo.
Cada persona es única e indispensable para la vida de otra, en mayor o menor medida, genera algo que la hace especial, distinta a todas las demás.
Se producen huecos que cada uno intenta llenar con diferentes cosas: Salidas, viajes, amigos, pero nunca se olvida, ni por un segundo quién te hace falta. Podré salir mil veces, conocer cien paraísos y montones de nuevas personas pero esa que no está, a la que no pude frenar y decirle ''no te vayas'', nunca va a ser sustituida, por más que intente y la busque en cualquier lugar no hay otra igual.
La vida está llena de problemas, de inquietudes, nos pasamos nuestra existencia tratando de develar ciertos misterios, cuando en realidad la felicidad está en lo más mínimo, en lo intangible.  
Todo lo que nos despierta dudas, intrigas, incógnitas genera temor, el temor a lo desconocido, a lo incontrolable, lo que no se puede medir. Por eso me da miedo querer, porque aún más grande que ese miedo es el de no poder controlar ese sentimiento y volver a perder.
El dolor que genera una perdida es irreparable, la impotencia de no poder hacer nada al respecto te come la cabeza en todo momento. ''¿Por qué lo/a dejé ir?'' ''¿Por qué no aproveché cuando pude?'' ''¿Qué hice mal?''  ''Ahora es tarde''...
Siempre estamos lamentando lo que no hicimos, en vez de tratar de no volver a cometer el mismo error. Por dentro va un proceso de remordimiento constante que insiste en buscar soluciones, cuando la única es que eso no haya sucedido de esa forma. Nos empecinamos en ser víctimas de un juego del que nosotros mismos decidimos participar.

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