martes, 19 de junio de 2012
No todo acaba con la muerte.
Sus ojos revelaban cualquier misterio,
su voz el más potente elixir.
Su lengua, filosa, como la corriente de un río,
ofrecía a todos el placer de verla reír.
Pero esa noche cortaba, como un cristal,
la sombra del pasado no logró derrotar.
Se sentía lejos de la alegría,
haciéndose cómplice de una mentira.
Más de una copa yacía en el fondo de la pileta.
el sonido de la música hacia vibrar.
Parecía despierta,
aunque sólo se la veía temblar.
Él entró en escena, para secar su llanto,
ella no podía creer haberlo extrañado tanto.
La historia entre ellos seguía viva,
aunque nunca existió una despedida.
No estamos a salvo, nos va a buscar,
repetía asustada, él no la lograba controlar.
Nos va a llevar a ambos, no lo dudes más,
retrucaba él, dejandola sin hablar.
No quiero eso, exasperada decía,
desde allá, voy a ser tu guía.
Te tenés que quedar acá, vas a encontrar por quién valga la pena morir.
¡Sécate las lágrimas, por favor, dejá de sufrir!
Mi corazón siempre te va a pertenecer,
no lo olvides nunca.
Nos volveremos a ver,
no sientas culpa.
No todo acaba con la muerte,
menos nuestro amor.
Abrázame fuerte,
la hora, llegó...
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