viernes, 23 de diciembre de 2011

La mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta.

Me di cuenta que no tengo que forzar más las cosas, que simplemente se tienen que dar.
Con él, lamentablemente con él, aprendí que con mi sonrisa puedo cambiar muchas cosas, no sólo mi animo, sino que también el de los demás... Como me dijo un día ''Con tu sonrisa podés cambiar al mundo, por estúpido que parezca'', sono bobo, e incluso me reí; pero recién ahora lo entiendo, ahora que deje de sonreír, que todos me decían ''Cambiá la cara, no hay nadie que merezca que vos llorés''... Recién ahora caigo en la cuenta de que una vez más tenía razón. 
Muchas veces me caí, pero me levanté, siempre lucho. 
Un gran poeta (Ismael Serrano) dijo una vez... ''La excusa más cobarde es culpar al destino'' y hoy lo creo. Cuántas veces culpé al destino por algo que yo hice mal, para consolarme a mi misma. Era estúpido, porque de todas formas las cosas seguían igual.
Él me dijo... ''No hay placer como admirarte reír'' y yo  le digo, capaz no tenga la sonrisa más linda del mundo, y capaz nadie nunca se enamore de mí sonriendo, pero no voy a negarla más. Voy a ser como siempre fui, nada ni nadie me puede cambiar...
Mucha risa pa' que no me duela nada.
Adiós!

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