Ese lugar en el que te sentís PLENO, todos tus dolores, tus malos pensamientos desaparecen y empezás a elevarte. Sos LUZ, brillás y con ese brillo iluminás a todos los que tenés alrededor (tu familia, amigos, conocidos, mascotas, plantas, al Universo, en sí). Cuando estás ahí no necesitás nada más, todo lo que tenés es a vos mismo, a tus ganas de sentirte bien y a tus ganas de contagiar ese bien a los demás.
Ya no existe el egoísmo, la envidia, el dolor, LA MENTIRA. Sólo hay sentimientos positivos que te llenan, a medida que seguís avanzando.
Hay AMOR, amistad, afecto, cariño, respeto, paz, alegría, plenitud, FUERZA, voluntad, comprensión, intuición, conexión con tu interior.
Tenés que dejar pasar los malos pensamientos, como si fueran en un tren, dejar que sigan su curso y no dejarlos volver, no hacerlos sentir importantes. Que reine en tu corazón, la paz, el amor.
Ahí te sentís LIBRE, sos un signo positivo, tu cuerpo es luz, tu alma. Esto se lo transmitís a tu entorno y así, mejorás tus relaciones.
Volver no es fácil, a veces se necesita ayuda, pero cuando volvés te das cuenta que estás en total PAZ con vos mismo, y no sólo eso sino que con todas las personas que te rodean, cargado de energía positiva para poder ser feliz.
Ser FELIZ, no es imposible, todo lo contrario, es más posible de lo que la mayoría piensa. Disfrutar los momentos felices y guardarlos es todo el secreto, cuando estés mal, volvés a vivirlos y te llenás de luz y felicidad de vuelta. Y tratás de que eso te llene, y no la tristeza, la depresión o los pensamientos negativos que hacen que tu luz se opaque.
Depende de nosotros la felicidad plena y disfrutar mucho esos momentos, para que cuando los revivas sientas como si estás ahí de vuelta.
Responder SIEMPRE con una sonrisa si se presenta una adversidad.
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