El primer amor, una playa; fuego, sin luz, tampoco toalla.
Arena, mar, frío, perfume de hombre, actitudes de asombre.
Un termo, reflejos, alejarnos del grupo (o morir en el intento)
Recuerdos, confesiones, el pelo suelto,
el ruido de ese mar, la temperatura ideal, el viento.
La calidez del tiempo, el vino tibio,
el fino roce de nuestros labios fríos.
Sin embargo, y sin tapujos, nos convertimos en amantes,
nada de apuros, la vehemencia se apropió de cada instante.
Admitiste jamás olvidarte de mí, era algo obvio,
me lo esperaba venir, no por alardear, era una situación peculiar.
A pesar de eso, confesé haber encontrado un apoyo especial,
nunca antes imaginado. Me coloqué en un lugar soñado.
Pasaron los días, fue una semana particular...
Cada caricia, cada melodía en tu guitarra interpretada,
todo queda guardado en mi memoria, jamás lo voy a arrancar de mi alma.
No podría permitirme borrar de mí tu sonrisa,
tampoco tu miedo, tus ojos, tu prisa.
Desnudos, desciframos más de un enigma,
a la par encontramos la cura para mis heridas.
Imposible olvidar la forma de cada abrazo,
de cada camino que tomamos juntos, sin que me sueltes la mano.
Hoy no sé si te extraño o te recuerdo,
no sé si te vivo o te siento...
No estoy haciendo reminiscencia,
la distancia no me impide que seas parte de mi esencia.
Tu recuerdo está acá todos los días,
será que nunca hubo una buena despedida.
Supe entender que no fue tu debut, sino el mío,
aprendí a hacer con amor, lo que antes intentaba llenar con pasión,
creció mi alma, a la par de tu corazón.
Lo fascinante es fusionar nuestra luz en una sola,
y, sin pretextos, dejarnos llevar por las olas...
''El arte es la expresión del alma que desea ser escuchada''
Eso leí alguna vez, y creo que el verdadero arte es poder ver más allá, sentir realmente obviando cualquier límite, con el alma.
¿Cómo sentir un libro, una canción, una pintura?
Sentir la música, cada melodía, instrumento, cada línea, viendo a través del artista y sintiendo cada canción propia.
Apreciar el aroma de la pintura, imaginando nuevos colores, viajando como si fuera un cuento de hadas, como cuando eramos chicos y todo parecía ser de ese color tan radiante, donde todo parecía brillar.
No es necesario un avión, un auto, un colectivo para poder viajar, solamente saber apreciar el arte, sabe muy bien cómo transportarte hacia otro lugar.
¿Por qué cuando volvemos de algún viaje no nos sentimos los mismos, nos notamos cambiados?
A pesar de sentir esa melancolía por alguna que otra despedida, anhelás volver para contar lo que pasó, lo que conociste, mostrar las fotos.
Con el arte pasa lo mismo, cuando volvés siempre sabés que algo más sumaste, que siempre algo positivo te tiene que quedar.
A veces es bueno volver a épocas remotas donde sólo se sentía, sin nada negativo, donde no existía el llanto inconsolable, las cosas eran realmente un sueño. Éramos realmente felices, porque sentíamos que nada era imposible.
No hay nada mejor que imaginar, y transportarse al lugar donde querés estar. ¿Quién dice que de tanto soñar los sueños no se hacen realidad?
A veces nos olvidamos de lo que soñamos, como si fuera que lo vive otro, y sin embargo hablan de nosotros, más que uno mismo, porque ahí no existe represión, nadie te puede decir que no lo hagas, te dejás ser, sos vos más que nunca.
Se pueden realizar, sólo hay que encontrar la forma y para eso, hay que creer en el amor, hay que creer en la magia, hay que soñar.
Entonces creo que la vida acaba cuando dejamos de estar enamorados de soñar.