domingo, 10 de noviembre de 2013

Después de meditarlo llego a la conclusión de que, muy probablemente, nunca llegue a ella. 
Dudo si realmente lo que pasó fue amor, o me obstiné tanto por la necesidad de que lo sea que yo misma lo transformé en una obsesión. Quizás necesitaba volver a confiar, y me agarré de lo más inestable e imposible que tenía cerca para darle emoción a mi vida, como también puede que yo me haya inventado una fantasía en la cual no podía haber un final feliz, porque siempre sigo jugando a la masoquista.
Todo el tiempo sentí la seguridad de que estabas aferrado a mí porque te protegía, siempre intenté ser la que te salve de ese lugar oscuro en el que estás, lo hice de la mejor manera que pude, quizás no sirvió o no era lo que necesitabas pero en ese momento era lo que yo podía dar; lo único no inestable en mí eran esas ganas de ayudar, de ayudarte, salvarte. Y, tal vez ese fue el error, encapricharme en rescatarte a vos, descuidando todo de mí, dejando que cada rechazo, cada muestra de desinterés me destruya un poco más.
Sólo tengo una cosa asegurada y es que al amarte, si es que eso fue, mi Alma evolucionó, pude volver a creer que, por más que te pongan palos en la rueda, siempre llegás a tu Destino, porque  ''siempre puede haber algo mejor'' o eso quiero creer. 
Ya no sé si quiero volver a verte, porque quizás sea retroceder pero me gustaría volver a encontrarte en un tiempo, cuando todo haya sanado, y poder abrazarte sin miedo de no poderte soltar, recordar cuánto significaste para mí y brindar por eso, aunque las cosas sean diferentes. Puede que hoy sea el momento de dejarte ir, puede que vuelva a llorarte mil veces más, pero mi misión ya la cumplí, y espero que esa luz que algún día me iluminó cuando me sonreíste sea capaz de entrar en tu Alma y llenarte de paz.

jueves, 19 de septiembre de 2013

No puedo resignarme a una vida sin sentido; noches, vasos, música para bailar, alguna que otra risa falsa, sexo sin amor. Un sinfín de cosas, sólo eso.. Cosas, nada importante, nada bueno, nada nuevo, ni interesante. La noche termina, el vaso se vuelca, la música se acaba y el sexo termina en nada, y así seguimos, llenándonos de vacío, otra vez sufriendo en silencio, de vuelta llorando, nuevamente en este lío.
Todo se dirige hacia el mismo lugar, el dolor. Tomemos el camino que tomemos terminamos ahí, estancados, intentando de cualquier manera llegar a sonreír un poco más, secando las lágrimas con fotos viejas, donde (según suponemos) eramos realmente felices, sin pensar en lograr que esa nena de alma pura vuelva a brillar. 
No quiero amar de una manera mediocre, ni obligarme a sentirlo. No elijo, bajo ningún punto de vista, querer de forma básica, vacía, insulsa. Quiero todo o nada, amar o morir en el intento. Si voy a hacerlo a medias prefiero no hacerlo, me quedo acá sola, sin arrastrar a nadie más a esto. De ésta forma, quizás sea más feliz, o no, pero estoy dispuesta a probar, aunque me cueste años, aunque se me vaya la vida intentando. 


domingo, 1 de septiembre de 2013

Una vez sentí que era feliz, tuve seguridad y me creí estable; y a pesar de eso no me imaginaba en un unos años igual. Visualizaba un futuro en el cual todo eso un día de desvanecía, como una burbuja yendo directo hacia un alfiler. 

Creo que la burbuja soy yo, y estoy encerrada ahí, hoy es ese futuro, no puedo ser más libre, sólo en un determinado espacio. Simplemente voy flotando, esperando que ese alfiler me libere, o me destruya por completo. 

jueves, 29 de agosto de 2013

Es tarde para arrepentirse.

Creo que uno de los grandes problemas que tenemos todos es intentar reemplazar a alguien que nos falta, de una manera u otra siempre tratamos de cubrir esos vacíos con otra persona.
Pero ¿Cómo es posible reemplazar a alguien irreemplazable?
No hay nadie igual, todos somos diferentes. No hay forma de que un hermano, un amigo, un novio reemplace a un padre ausente o que una tía, hermana, amiga sustituya a una madre despreocupada, por ejemplo.
Cada persona es única e indispensable para la vida de otra, en mayor o menor medida, genera algo que la hace especial, distinta a todas las demás.
Se producen huecos que cada uno intenta llenar con diferentes cosas: Salidas, viajes, amigos, pero nunca se olvida, ni por un segundo quién te hace falta. Podré salir mil veces, conocer cien paraísos y montones de nuevas personas pero esa que no está, a la que no pude frenar y decirle ''no te vayas'', nunca va a ser sustituida, por más que intente y la busque en cualquier lugar no hay otra igual.
La vida está llena de problemas, de inquietudes, nos pasamos nuestra existencia tratando de develar ciertos misterios, cuando en realidad la felicidad está en lo más mínimo, en lo intangible.  
Todo lo que nos despierta dudas, intrigas, incógnitas genera temor, el temor a lo desconocido, a lo incontrolable, lo que no se puede medir. Por eso me da miedo querer, porque aún más grande que ese miedo es el de no poder controlar ese sentimiento y volver a perder.
El dolor que genera una perdida es irreparable, la impotencia de no poder hacer nada al respecto te come la cabeza en todo momento. ''¿Por qué lo/a dejé ir?'' ''¿Por qué no aproveché cuando pude?'' ''¿Qué hice mal?''  ''Ahora es tarde''...
Siempre estamos lamentando lo que no hicimos, en vez de tratar de no volver a cometer el mismo error. Por dentro va un proceso de remordimiento constante que insiste en buscar soluciones, cuando la única es que eso no haya sucedido de esa forma. Nos empecinamos en ser víctimas de un juego del que nosotros mismos decidimos participar.

lunes, 20 de mayo de 2013

Después de tanto tiempo, vuelvo a plasmar en una hoja lo que siento, una vez más dejo que mi alma se vea reflejada en algo tan simple como un papel, con ayuda de algo tan básico como un lápiz.
Ésta vez voy a contar algo que me pasó hoy, con la esperanza de que algún día cuando piense que todo está perdido y vuelva a caer encuentre éste cuaderno y me rescate, como ya hizo tantas veces.
Hoy, mi mejor amiga me contó algo que me hizo reflexionar mucho, me habló sobre su novio, o su ''peor es nada'' según lo definimos por ahora, y hablando sobre eso me dijo que él era muy parecido a mí, en cuanto a personalidad, si no fuera que a penas lo conozco diría que somos hermanos. En fin, sin irme por las ramas me dijo cuánto le cuesta a él querer, encariñarse, que lo que están viviendo es todo nuevo porque nunca se enamoró. Un flash, no puedo decir lo mismo, claro, pero sí estoy consciente de una cosa... Yo también soy esa persona fría y dura que ella describe, que esconde tantas cosas dentro suyo pero que cuando las deja salir se sorprende a sí misma. ¿Rarisimo caer en la realidad de esto justo ahora, no? Así soy yo, todo a destiempo, sin decir los ''te extraño'' cuando los siento, sin pedir un abrazo cuando lo necesito, sin dejar que me quieran, creando una barrera que nadie puede vulnerar, pero que con tan poco se destruye.
Sin darme cuenta  se me va otro año más, en el que vencer a mis propios fantasmas queda atrás, aunque de a poco vaya tratando de cambiar mi vida, mis miedos siguen en pie, se instalaron para quedarse y siempre ponen una piedra más para impedirme avanzar.
Una locura pensar que tan en el fondo soy una persona tan diferente de la que muestro, casi opuesta a ésta que creo ser. 
Pero, no todo es tan negro como parece, entendí que volví a aprender o recordé cómo es querer, mejor dicho cómo es amar, cómo se siente y cuánto duele, como con un simple gesto podés ser inmensamente feliz o se te puede caer el mundo a pedazos. ¿Se extrañaba, no? Es el dolor más fuerte, pero el único que te puede rescatar de cualquier oscuridad, y que te hace sentir fuerte, a pesar de todo, aunque vuelva a destruirte una y otra vez.

sábado, 19 de enero de 2013

Me di cuenta que no todo era color de rosas. Recordé esas primeras peleas, hace algunos veranos, cuando todo parecía tan perfecto y el juego de besarnos apasionadamente sonaba a película de Hollywood, esperábamos discutir para reconciliarnos. Los problemas se figuraban tan lejanos, el amor se percibía en el aire y cada noche de tormenta ameritaba dormir abrazados. 
Pero no todo era hermoso esta vez, ya no tenemos 15, los cuerpos cambiaron, las mentes, la forma de ver las cosas y vernos. 
Ya no te considero tan mío como antes, ahora siento que, más allá de lo especial que seamos estando juntos, cualquier soplido nos puede volar. Aunque, también, pienso que nos hicimos fuertes, sin darnos cuenta y que cada cosa que pasó en mayor o menor medida hizo que las cosas se intensifiquen, que duela el lastimarnos, que nos haga felices ver al otro sonreír.
No podría olvidarme de cada noche de verano, con frío o con calor, pero siempre abrazados, borrachos o sobrios pero siempre dándonos la mano. 
Este año fue raro, no fue malo, sino distinto a los demás, o más específicamente al anterior. Queríamos estar juntos, pero nos distanciábamos por miedo, las cosas salían mal, las actitudes demostraban una cosa completamente distinta a lo que se sentía. Creo que nos cuesta entender en qué medida nos queremos. 
Espero nunca borrar de mi conciencia la imagen de los ojos llorosos pidiéndonos perdón por querernos así, el beso que dolió tanto porque no llevaba sólo amor, sino también dolor y decía ''tengo miedo de perderte''.
Lo único que no entiendo, o no quiero ver es ¿Dónde quedó todo lo que había antes?
Se escondió con el tiempo, supongo, está guardado esperando que los fantasmas se vayan de acá para volver a hacernos felices.  Pero esta vez no quiero dejarte ir, de a poquito los miedos tienen terror, por lo menos acá... 
Siempre que esté con vos voy a sentir que estoy en mi lugar, creo que de eso se trata el amor ¿No? Sentir que el lugar físico, el motivo, y lo que hay alrededor no importe si estamos juntos.