No puedo resignarme a una vida sin sentido; noches, vasos, música para bailar, alguna que otra risa falsa, sexo sin amor. Un sinfín de cosas, sólo eso.. Cosas, nada importante, nada bueno, nada nuevo, ni interesante. La noche termina, el vaso se vuelca, la música se acaba y el sexo termina en nada, y así seguimos, llenándonos de vacío, otra vez sufriendo en silencio, de vuelta llorando, nuevamente en este lío.
Todo se dirige hacia el mismo lugar, el dolor. Tomemos el camino que tomemos terminamos ahí, estancados, intentando de cualquier manera llegar a sonreír un poco más, secando las lágrimas con fotos viejas, donde (según suponemos) eramos realmente felices, sin pensar en lograr que esa nena de alma pura vuelva a brillar.
No quiero amar de una manera mediocre, ni obligarme a sentirlo. No elijo, bajo ningún punto de vista, querer de forma básica, vacía, insulsa. Quiero todo o nada, amar o morir en el intento. Si voy a hacerlo a medias prefiero no hacerlo, me quedo acá sola, sin arrastrar a nadie más a esto. De ésta forma, quizás sea más feliz, o no, pero estoy dispuesta a probar, aunque me cueste años, aunque se me vaya la vida intentando.
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