Pensé que el peor error era darse por vencido.
Pero no, llegó para cambiar mis días,
Y me empujó a vivir en la sucia rutina de lastimar a los que más quería.
Irrumpió en mí dejando ese sentimiento abyecto.
Bastaría decir que es el peor defecto.
Un día, como hoy, creí haberlo perdido.
Pero volvió, humillándome, dejándome desnuda, en el medio de un río.
Hubo un beso, algo recuerdo.
Me dejó un sabor amargo, más duro que éste invierno.
Intenso, como un virus se adentró en mis venas,
Yo era consciente de la vida que me esperaba afuera.
Lamento no haber podido controlarlo,
Ya es parte de mí, hace unos años.
Mi antagonista es el MIEDO,
Es el que me llevó a éste vagón del tren del infierno.
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